El fuego, los lobatos y las lobeznas.

En la historia del Libro de las Tierras Vírgenes Shere Khan tiene un encuentro terrible con el fuego al caer en la hoguera de unos cazadores. Con el tiempo, este infunde el miedo en la Selva del Seeonee con la Flor Roja (fuego), hablándole a los animales del poder y superioridad del hombre al crear el fuego. Al llegar Mowgli y ser protegido por Akela, Raksha, Bagheraa y la manada de lobos, él se propone en acabar con el cachorro humano. Mowgli al crecer, quiere defenderse de una vez por todas de Shere Khan y va a la aldea de los hombres en búsqueda de la flor roja y de ésta manera acabar con las amenazas del tigre de bengala e imponer respeto a Akela.

Esta representación es muy simbólica y filosófica porque, aunque los niños no tengan edad para manipular el fuego, en sus actividades nocturna representa la fiesta, la alegría, un momento para cantarle a la flor roja y danzar a su alrededor.

Cuando hablamos del fuego siempre pensamos en una fogata, pero podemos referirnos a él de varias maneras porque su representación también avanza con los años y la tecnología, porque este puede ser bien representado en una vela, una lámpara o linterna, en aquello que pueda generar alguna luz. Aquello que podamos usar como punto focal que genera la intimidad como unidad, como un conjunto donde cada uno de los lobatos o lobeznas compartan, expresen y puedan exteriorizar su lado artístico.

El fuego refuerza la vida al aire libre y la demostración del momento único y especial donde la manada tiene su gran celebración.

No debemos perder esos espacios tan especiales para ellos y siempre reinventarnos para que conozcan la Flor Roja y disfruten de su calor.

La pañoleta del Grupo Scout Aldebarán

Para el Aldebarán era un reto que la pañoleta fuera tradicionalista, dos (2) colores solamente como las primeras originarias y que sus colores representaran las vivencias individuales de cada Scout, este elemento de tela azul y rojo se convertiría en un compañero de aventuras con mucha utilidad. Desde la promesa y entrega del significado de sus colores, la pañoleta se convierte en algo más que un elemento decorativo del uniforme, ya que podemos usarla como una herramienta multiuso al aire libre o en la ciudad.

Los tonos azul y rojo de nuestra pañoleta se escogieron de la paleta de colores análogos o del círculo primario, aprovechando los estudios de color en la escuela de artes visuales Cristóbal Rojas, donde realizaban estudios algunos de los fundadores del Grupo, en el área de Diseño Gráfico. La idea es que los colores por ser del primer círculo cromático combinaran con distintas mudas de ropa  y fuesen visibles durante el día, pero que durante la noche fuesen discretos, pues nos encanta el acecho, y estos colores se combinan muy bien con los tonos oscuros de la noche.

Además, tenía un componente histórico y de homenaje a un Grupo Scout llamado Venezuela, que para la época de fundación del Aldebarán tenía mucho tiempo cerrado, y los colores de su pañoleta era justamente los mismos que queríamos para la nuestra, que honor poder ser herederos de esos colores asociados a un grupo con el nombre de nuestro país y que durante su funcionamiento vivía con intensidad la Ley y la Promesa Scout. Pero para ser más originales en la ecuación, decidimos colocar en la base de triángulo la constelación de Tauro, resaltando la estrella Aldebarán, el resultado era una composición original, funcional, histórica que genera una identidad basada en valores, y donde a cada nuevo miembro al tomar su promesa se le transmiten asociados a los colores, como el azul que representa el cielo infinito hasta las estrellas donde reposa en el firmamento Aldebarán y el rojo que representa el fulgor de la estrella como la sangre que da vida a la constelación de Tauro y como en la vida es el impulso que todos tenemos por dentro para brillar, para poner amor a las cosas que hacemos.

Estos son símbolos para sus vivencias como Scouts y en la vida que los inspirarán a dar lo mejor de sí en cada momento.

Escultismo: tradición, modernidad y primalidad

El escultismo se define como un sistema de educación no formal, a diferencia de la instrucción académica o el aprendizaje del día a día en la calle. Tratándose de educación no formal el escultismo enseña valores que contribuyen a la convivencia del joven en su entorno social y destrezas que le ayudarán a aprender permanentemente.

Muchos critican al escultismo como algo anticuado, fuera de época, dicen que en tiempos de computadoras y telefonía celular debemos hacer algo más que actividades al aire libre. Pues el escultismo tiene espacios para la modernidad, pero no en el programa (Método Scout en Acción).

Como bien nos enseñó Adolfo Aristeguieta, el escultismo enseña llevando al joven de natura a cultura, esto significa practicar las destrezas primales que nos traen a nuestros tiempos:

En la manada el Libro de la Selva  proporciona el ambiente ideal para la enseñanza de valores y el descubrimiento de una sociedad compleja donde no todos los actores son modelos deseables; Baloo nos enseña La Ley, Bagueera nos protege, Akela nos guía y aprendemos que no debemos ser como los bandarlogs, entre otras cosas. ¿Pueden los lobatos hacer actividades con computadoras y otros artefactos modernos?, ¡claro que si!, pero el grueso de las actividades debería orientarse a desarrollar habilidades que están en desarrollo en niños de esa edad, como habilidades sicomotrices y sociales. El ambiente de la Manada es uno de familia feliz, por lo que en las actividades no debería haber lobatos ganadores en competencias, en la Manada ganamos todos.

En la tropa las actividades deberían realizarse, en lo posible, al aire libre. La realización de excursiones y campamentos son actividades ideales para desarrollar el espíritu de cuerpo del pequeño grupo (la patrulla), para desarrollar habilidades que le permita a los jóvenes construir la “casa” de su patrulla y descubrir que puede hacer cosas con sus manos. En general la aventura de la tropa se relaciona con el “hacer lo que hacen los adultos”: cocinar su propia comida, construir su “casa” (rincón de patrulla), trabajar (buscar la leña, el agua, prestar servicios) y ser mejores. En la tropa tiene importancia la competencia como elemento motivador, donde los jóvenes aprenden que pueden ganar de manera individual sin necesidad de afectar negativamente a los demás. La modernidad está presente en las especialidades y en actividades paralelas a la progresión de los jóvenes, como el Jamboree en Internet. Las destrezas tradicionales de orientación, primeros auxilios, pionerismo y otras, no solo son habilidades útiles por sí mismas, sino que con ellas el joven aprende a aprender.

En el clan los jóvenes desarrollan sus habilidades sociales de forma más cercana a la comunidad, donde el servicio no solo es un aprendizaje, sino una necesidad sentida en el joven. Las actividades al aire libre mantienen el sentido primal y el amor por el entorno.

En el clan los jóvenes se desempeñan ya más del lado de cultura que de natura, el ambiente ha pasado de la fantasía del niño al reto y el servicio del joven adulto. Ese es el transcurrir por el Movimiento, con el que esperamos contribuir a la formación de los jóvenes y la graduación de un ciudadano.

La modernidad en el escultismo tiene sus espacios en la administración de procesos de la asociación (comunicaciones, capacitación, realización de eventos, etc.), pero no debemos olvidar que en el programa (Método Scout en Acción) Baden-Powell nos legó un sistema inigualable y es nuestro deber darle a los jóvenes la oportunidad de vivirlo. La presencia de la modernidad en el programa se garantiza con las especialidades, que son un sistema coaxial (paralelo, no axial) con el que los jóvenes pueden desarrollar y dar rienda suelta a  aficiones de diversa naturaleza.

Autor: Scouter Carlos Rodríguez

La Pañoleta

La pañoleta es un símbolo para todos los Scouts, es lo que marca el antes y el después de cada niño, niña, joven o adulto. Es ese punto inicial de su compromiso al momento de tomar su promesa.

El fundador, Robert Baden-Powell decía en el libro Escultismo para Muchachos: «Cuando vosotros os levantéis por la mañana, recordad que tenéis que hacer una buena acción durante el día. Haced un nudo en vuestra pañoleta o corbata para que os lo recuerde.» Cada vez que vemos nuestra pañoleta, recordamos esa responsabilidad que tenemos de cumplir la Ley Scout.

Esto decía Baden-Powell sobre lo que sería ese trozo de tela:

«Enseguida viene la pañoleta doblada en triángulo, con la punta sobre la espalda. Cada Tropa tiene un color diferente de pañoleta y como el honor de la Tropa está ligado a la pañoleta, deberá conservársela limpia y arreglada. Se le conserva unida a la garganta por medio de un anillo hecho de cuerda, metal, hueso o algo por el estilo. La pañoleta protege el cuello de los rayos del sol y puede ser utilizada de muy diversas maneras, como vendaje o como cuerda de salvamento.»

Actualmente, aquellos adultos que fundan un grupo scout, escogen los colores de esa tela basados en diferentes cosas, el nombre del grupo, el lugar donde está ubicado, valores que los representan, colorimetría etc. Incluso el tipo de tela que utilizarían.

El uso de la pañoleta ha sido mitificado año tras años, hay quienes no la lavan para no borrar su historia, su olor a fogata, esa “experiencia” que adquiere, olvidando por completo las premisas del fundador. Inclusive su uso ha sido estigmatizado con el paso del tiempo, desde que la pañoleta no la pueden tocar miembros de otros grupos o que no debe tocar el piso y siempre es importante recordar que la pañoleta, aunque puede tener muchos significados y niveles de importancia para cada quién, es una herramienta que tiene múltiples usos. Puede usarse en aplicación de primeros auxilios, un pequeño bolso improvisado, como protección del clima, un tapabocas o mascarilla, para proteger tus manos como un guante para deslizarte por una cuerda, secarte la cara por el sudor, incluso lustrar tus zapatos.

Es un elemento que nos recuerdan muchos valores, que traen a nosotros esos momentos que hemos vivido desde que tomamos nuestra promesa, rompamos las barreras que nos han impuesto nuestros predecesores alrededor del significado de ella y sobre todo de su uso, recordemos siempre las palabras del Fundador.

Ley y Promesa en el Clan

La Ley y la Promesa es en el Clan de Rovers Scouts es un compromiso voluntario personal, donde se adopta la responsabilidad de una manera más reflexiva, propia de la forma de pensar de los jóvenes en la adultez emergente, entre los 16 y 21 años, donde el hacer la promesa el joven asume la adopción de una filosofía de vida, y donde se intensifica el reto de Construir un Mundo Mejor.

La Promesa Scout para un Rover, contiene una oportunidad para asumir un compromiso con la visión de quién se prepara para convertirse en un ciudadano integral, donde este ofrecimiento se adhiere a su forma de ser, donde la presencia de Dios es la relación personal que cada joven establece con él; donde el servicio a su país es un reconocimiento a su identidad de arraigo y herencia cultural, el respeto y protección de su medio ambiente y su cultura; el trabajo por la paz y la justicia en defensa de los menos favorecidos en sus derechos, abrirse a las realidades internacionales, valorar la diversidad, ser inclusivo al comprender las otras culturas y superar los prejuicios nacionalistas o étnicos; el trabajo productivo, abocado al desarrollo sostenible.

Este compromiso también se refiere a la vivencia de la Ley Scout, esta vivencia se trata de integrarlas a las convicciones y a la personalidad del joven adulto, como si fuera parte de nuestro ADN, porque al encarnarse de esa manera, estos valores en acción se verán reflejados en la personalidad, en los actos, en la naturalidad del ser, sin necesidad de atormentarse o aparentar, siendo aquel que da lo mejor de si para honrar su compromiso todos los días.

En esta edad, donde se presenta el juicio reflexivo y el pensamiento crítico, los jóvenes adultos son invitados a considerar más profundamente el contenido de la Ley Scout. Es la oportunidad para confrontarse con el perfil de egreso propuesto en el proyecto educativo del Movimiento. Como resultado de esa confrontación y más próximos a la madurez, es también el tiempo de formular por primera vez o renovar la Promesa Scout en términos más reflexivos, estableciendo un compromiso introspectivo, que sumerge al Rover Scout a tener a la Ley y a la Promesa Scout como filosofía base para su vida, en su comportamiento ante lo transcendente, para consigo mismo y para con los demás.

Por ello, los Rover Scouts expresan su comprensión de la Promesa y la Ley como un joven adulto, reflexionando sobre el compromiso que han hecho, la exploración de los valores que la animan y el código de vida que promueve. Los Rovers Scouts comprenden sus propias creencias y respetan las creencias de los demás, y cómo sus creencias dan forma al camino como ellos viven sus vidas. Los Rover Scouts usan la Promesa y la Ley como herramienta para empoderarse, desarrollarse y ayudar a otros. Además, les brinda un profundo conocimiento ético que utilizan para comprender los dilemas éticos de la vida cotidiana. Este compromiso asumido como Rover Scout es para toda la vida adulta, no sólo mientras se es Rover, por eso es por lo que existe la expresión “Una vez Scout, Siempre Scout”.

“Los Rovers son una hermandad al aire libre y de servicio…Ya que es una hermandad de caminantes, vosotros podéis como miembros de ella, extender vuestros viajes a países extranjeros y ahí establecer amistad con Rovers de otras nacionalidades. Este aspecto de nuestro movimiento no es solamente interesante y educativo, sino que va encaminado a constituir un paso real hacia la consecución de la futura paz del mundo, a través de la mutua buena voluntad.”. Baden-Powell

La Ley y la Promesa en la Tropa

La Ley y la Promesa es un compromiso voluntario personal con un conjunto de valores compartidos, es la base de todo lo que un Scout hace y un Scout quiere ser. La Promesa y la Ley son fundamentales para el proceso de aprendizaje de los jóvenes entre 11 y 16 años, donde el hacer la promesa es el primer paso en el proceso de la autoeducación, y donde se intensifica la aventura de Construir un Mundo Mejor.

La Promesa Scout es un compromiso personal que también sirve para unificar a los miembros del Movimiento a nivel mundial, al hacer la Promesa Scout, el joven toma una decisión consciente y voluntaria de aceptar la Ley Scout y asumir la responsabilidad de esa decisión a través del esfuerzo personal («haciendo lo mejor»). El hecho de hacer la Promesa frente a sus pares, compañeros y amigos no sólo hace público el compromiso personal, sino que también simboliza un compromiso social con los demás del grupo, lo que es aún más significativo es que en todo el mundo, otros jóvenes están haciendo una promesa similar al mismo tiempo que él, esto es un poderoso recordatorio para un joven de la unidad y el alcance del Movimiento Scout.

«Por mi honor y con la gracia de Dios me obligo a servir lo mejor que pueda a mi iglesia, a mi patria y ayudar a mi prójimo en cualquier circunstancia y cumplir la Ley Scout.»

La Ley Scout es un código de vida, que plantea un marco ético para cada Scout individual y para los miembros de la unidad colectivamente, basado en los principios del Movimiento Scout (Deberes para con Dios, Deberes para consigo mismo y deberes para con los demás), donde a través de la experiencia práctica de este código de vida aplicado a la vida cotidiana, proporciona una manera concreta y práctica para que los jóvenes comprendan los valores universales que el Movimiento Scout propone como base de su vida. Es una declaración resonante que nos ayuda a lo largo del viaje de la planificación, hacer y revisar las aventuras dentro del programa y actividades.

«El Scout Cifra su honor en merecer confianza, es leal, es servicial, es amigo de todos y hermano de cualquier otro Scout, es cortés, ve en la naturaleza la obra de Dios la cuida y la protege, obedece a conciencia es trabajador y perseverante, sonríe y canta en sus dificultades, es ahorrativo cuida y respeta el bien ajeno, es puro en pensamientos palabras y obras».

Ayuda a establecer un marco equilibrado y positivo de convivencia dentro de las actividades a desarrollarse en la aventura del camino hacia los bosques, o en el hogar, o en el colegio donde el joven se vincula y actúa desde el valor de ser digno de confianza, cortés, ecuánime y con una visión positiva y alegre de la vida ante sí mismo y los demás. Porque los jóvenes expresan de forma independiente su comprensión de la Promesa y Ley Scout, y pueden explicar una aplicación en sus vidas fuera del Escultismo y su aplicación en su vida diaria, sirviendo como un recordatorio de la responsabilidad de un joven hacia su Dios, ante sí mismo y hacia los demás.

“Un Scout no es un tonto. Piensa las cosas por sí mismo, viendo ambos lados de las situaciones, y tiene la entereza de mantenerse firme en su creencia de lo que es correcto”. Baden-Powell

La Ley y la Promesa de la Manada

La Ley de la Manada es un símbolo porque nos recuerda la Manada del Seeonee, la sociedad de los lobos, lo respetada que es la selva por el sentido de pertenencia del cumplimiento de la ley, por eso al pueblo de los lobos se les reconoce como el pueblo libre, porque si no hay ley no hay libertad, como los Banderlog que es un pueblo sin ley, esclavo de su bullicio y su desorden siempre haciendo ruido para que todo el mundo sepan que están como para mostrarse, pero nunca para asumir un compromiso. Es un proyecto porque ella expresa en conceptos sencillos y en palabras comprensibles para los niños, el proyecto educativo del Movimiento Scout. Estos términos se adaptan de manera apropiada para los niños y su preferencia a jugar, a imaginar, a crear desde la fantasía la relación con reglas, normas, valores, de manera sencilla, una hermosa síntesis de valores que son entendidos y vividos a la edad de 7 a 11 años. Por ello el compendio de valores que el lobato y la lobezna se comprometen a cumplir son: -Escucha y respeta a los otros (Sus pares y a los Viejos Lobos-Padres, Maestros, Adultos, etc.)- Es alegre y amigable- Dice la verdad- Comparte con su familia- Ayuda a los demás- Cuida la naturaleza- Desea aprender y vencerse a sí mismo-.

Cada uno refleja una expresión de formación en valores, sobre los que se aprende desde el hogar basado en el respeto y la cortesía hacia los demás, en la escuela, en la actividad extracurricular, en la calle al transitar, generan lazos permanentes de solidaridad e impulsan hacia las cosas que quieren aprender.

La Promesa de la Manada, es un compromiso voluntario hecho ante sí mismo, los demás y Dios, para cumplir la Ley de la Manada. Sus palabras y sus conceptos son sencillos y expresan el compromiso tal como lo diría naturalmente un niño, sin expresiones floridas ni tonos graves, simplemente es un ofrecimiento voluntario y no un juramento. Por la Promesa, el lobato y la lobezna toman libremente un compromiso, no reniegan de nada ni hacen un voto de carácter militar o religioso.

La Promesa no tiene un momento determinado para ser hecha ni está vinculada a las etapas de progresión personal de los niños. Simplemente se hace cuando el niño, una vez terminado su período de introducción, se considera preparado y pide hacerla. Los dirigentes no deben dudar ni discutir el propósito de esa petición. No se debe dudar ni discutir con el niño sobre su decisión, se debe motivar y organizar la ceremonia para que sea especial, el momento de la Promesa se comunica a la Manada, a los amigos y a la familia y se organiza una pequeña ceremonia simple, solemne, sencilla y sincera, lo más pronto posible a la voluntad manifiesta del lobato o lobezna.

«Prometo hacer siempre lo mejor. Por cumplir mis deberes para con Dios y la Patria. Obedecer la Ley de la Manada; y hacer una Buena Acción a alguien cada día»

El Lema, la Buena Acción y la Oración son otros tres elementos inmersos en la Promesa de la Manada que evocan valores en acción. Por un lado, el Lema ¡Siempre lo Mejor! es como un grito de alerta, es la evocación latente de las primeras palabras de la promesa, por el cual los niños se recuerdan a sí mismos que han tomado un compromiso con la Ley de la Manada, porque vociferar el lema equivale a una renovación constante de la Promesa como un símbolo que tiene mucho valor y sentido en los lobatos y lobeznas.

La Buena Acción es una invitación a actuar, a convertir el compromiso en hechos concretos. Hay que hacer cosas que reflejen que se está actuando de acuerdo con ese compromiso y a ese lema. No basta con decir que vas a construir un Mundo Mejor si no lo haces, por eso los pequeños gestos de los niños es lo que hace que empiece a entender como es cumplir con esta misión, dando pasos hacia esa construcción brindando un beneficio a los demás, que ayudara a generar una buena actitud en ellos al manifestar su espíritu de servicio y ser siempre mejor.

La Oración es un recuerdo, sobre el apoyarse en la ayuda de los demás para lograr lo que el niño se proponga, siendo Dios un apoyo vital y necesaria para cumplir la Promesa. La oración es una conversación de amigos, donde los lobatos y lobeznas le ofrecen a Dios el regalo de su compromiso con la Ley, el esfuerzo por vivir de acuerdo con ella y todas las acciones que hacen en favor de los demás.

«El niño no aprende de lo que los mayores dicen, sino lo que ellos hacen». Baden-Powell

El Clan y la Comunidad

Los Rover Scouts son jóvenes adultos entre 16 a 21 años que tienen un alto compromiso por conocer lo que afecta su mundo, directa o indirectamente, son empáticos, solidarios, en búsqueda de la justicia y animados a asumir posiciones de liderazgo dentro su comunidad local y ayudar a organizar proyectos que apoyan a esta. El énfasis en la participación de la comunidad ayuda a destacar, los valores y principios compartidos del Movimiento Scout, y de la importancia vital de las vivencias dentro del contexto de la comunidad local para el joven, convirtiéndose en un vehículo importante para aumentar la conciencia sobre los retos e iniciativas mundiales, para unirse a la acción global y para asimilar y desarrollar valores globales compartidos, es la asociación de la integración e interrelación de la comunidad local con la comunidad global y su impacto en la sociedad. Además, la influencia de la comunidad y la sociedad donde hacen vida los Rovers en su proceso de desarrollo personal y las actividades que conlleven a un ciclo de acción y reflexión, permiten que los jóvenes desarrollen una comprensión más profunda de sí mismos, mientras que tienen una contribución significativa y positiva ante la comunidad en la que viven, en sus objetivos generales, necesidades y problemáticas.

Esta vinculación con el quehacer comunitarios permite el desarrollo del compromiso con los demás, que es uno de los valores más apreciados del movimiento Scout, teniendo el servicio como una herramienta educativa privilegiada, que más que resolver un problema o aliviar un dolor, el servicio es una forma de explorar la realidad, que ayuda al joven a conocerse a sí mismo, a descubrir otras dimensiones culturales, de aprender a respetar a los otros, de experimentar la aceptación y el reconocimiento del medio social, de construir una autoimagen positiva y de estimular la iniciativa por cambiar y mejorar la vida en común. La participación en la comunidad promueve una mayor cohesión y reúne a cada miembro de la comunidad en torno del propósito común de transformar sus comunidades para lo mejor. Brinda la oportunidad de exponer a más personas a los valores y propósitos del Movimiento Scout y los reúne para apoyar la causa del Movimiento Scout. Crear un mundo mejor es un viaje que los Rovers Scouts no pueden tomar por su cuenta dejando atrás a la comunidad sin tomarla en cuenta y sin trabajo en conjunto y corresponsabilidad en el alcance de los objetivos, donde exista la sinergia y el marco de colaboración del trabajo en equipo de los Rovers con la Comunidad. Debe ser un esfuerzo colectivo independientemente del tamaño de la oportunidad de aprendizaje en que los Rovers se involucren, el servicio no sólo debe ser visto como hacer cosas por los demás, sino que, a través de la participación, sin duda implicará hacer cosas con los demás. El elemento de participación comunitaria tiene que ver con ayudar a los Rover Scouts a Construir un Mundo Mejor, con la atención centrada en la ciudadanía activa y la responsabilidad de cada Rover de conocer el papel que pueden desempeñar en la comunidad.

La importancia que el servicio tiene como campo de acción, tanto en el método como en el estilo de vida Scout, determina que en el Clan sea un campo de acción prioritario, porque los jóvenes deben participar en al menos un proyecto de este campo, que puede ser una iniciativa o proyecto individual asociado a sus intereses y necesidades por aquello que los motive intensamente, que los sensibilice para atacar una problemática identificada, para luego asociarse para alcanzar los objetivos planteados en un proyecto. Si es un proyecto común, la naturaleza de la iniciativa la determina el equipo de trabajo o el Clan (Clanes), dependiendo del nivel al cual se organice, su envergadura y del número de interesados alrededor del proyecto o iniciativa. La intención es brindar la posibilidad de oportunidades de aprendizaje donde se procure asegurar que el joven adulto tenga este tipo de vivencias y experiencias antes de su egreso del Movimiento.

“La verdadera manera de obtener la felicidad, es haciendo felices a los demás…” Baden-Powell

Por ello, se puede vincular a los jóvenes adultos con actividades donde puedan participar ya no sólo como voluntarios, sino como líderes y gestores de la iniciativas, para poner en práctica toda esa capacidad de emprendimiento, de ser empáticos, compasivos, sinérgicos e interesados por aquellos problemas que afectan a su localidad más cercana, al ser parte de una actividad extracurricular de sus liceos o universidades como grupos de excursionismo, bomberos voluntarios, comités organizadores, un curso de primeros auxilios de la Cruz Roja, rescate y salvamento, o sobre qué hacer durante y después de un sismo, o creando iniciativas de acción comunitaria e impacto social de diversa índole, y lejana (global) al participar en días internacionales de acción, o recibir un taller sobre los ODS, el cambio climático, mediante entes gubernamentales, multilaterales u ONG’s, o creando iniciativas de acción comunitaria e impacto social de diversa índole con asociación y generación de redes de personas e instituciones.

Todo este clima educativo logra establecer que los Rovers están equipados con el conocimiento y habilidades para ser miembros significativos y productivos de su comunidad local, nacional y global, tomando y creando oportunidades de liderazgo, y apoyando otros al hacerlo, siendo agentes de cambio con una alta sensibilidad social, voluntarios para ayudar, pero sobre todo emprendedores sociales que en el corto plazo están Construyendo un Mundo Mejor.

“…El que no vive para servir, no sirve para vivir…” Santo Tomás de Aquino.

La Tropa y la Comunidad

En las Tropas Scouts (de 11 a 16 años), los jóvenes tienden a demostrar responsabilidad, y el deseo de ser tomados en cuenta por su nivel de compromiso, trabajo, disciplina y esfuerzo, alrededor de las cosas constructivas que hacen en su equipo de trabajo y por los demás en sus comunidades. Porque dentro de esa aventura constante para conocer espacios al aire libre, también se puede establecer la exploración activa y el compromiso con las comunidades y su correlación con el mundo en general, fomentando un mayor aprecio y comprensión entre las personas.

Los Scouts tienen presencia en sus comunidades locales, al conocerlas, distinguirlas e identificar sus características físicas, utilitarias al ser participantes en eventos de juegos que se realicen en el área geográfica de toda una parroquia, municipio, estado o región. Además, visitan, trabajan y muestran aprecio por otras organizaciones locales comunitarias prestando servicio como voluntarios durante periodos parciales de tiempo, esto ayuda a desarrollar su capacidad de generar redes con instituciones y personas avocadas a la resolución de un problema en particular, con el firme compromiso a realizar buenas acciones sin esperar nada a cambio, con una organización y objetivos identificados, fortaleciendo la visión de que estar siempre listo, significa estar preparado para todo, estar alerta y saber cómo puede usar sus habilidades y destrezas para ayudar a los demás.

El compromiso de la comunidad le permite igualmente a los Scouts experimentar y trabajar con personas diversas en sus creencias culturares – religiosas, origen étnico e ideológico. Por lo tanto, trabajar con y dentro de la comunidad permite a los Scouts aumentar su comprensión intercultural, apreciar los temas intergeneracionales que entran en juego y participar más en la comunidad en otros ámbitos de sus vidas. Así que cada oportunidad de aprendizaje en la que el Scout toma parte debería estar vinculada en cómo ésta podría beneficiar a la comunidad, por ejemplo, cuando un Scout aprende a realizar un nuevo nudo como el As de guía, debe esto relacionarse en cómo podría ser aplicado a salvar una vida en una situación de emergencia. Incluso cuando un Scout experimenta una oportunidad de aprendizaje que puede parecer sólo para beneficiarse a sí mismo, por ejemplo, una actividad deportiva), también esto debe reflejar cómo esta oportunidad de aprendizaje podría beneficiar a la comunidad, por ejemplo, un Scout en forma y saludable está más dispuesto para servir mejor a la comunidad. (Cfr. Revisión del Método Scout).

Por ello, se puede vincular a los jóvenes con actividades donde puedan participar como voluntarios, o donde sus patrullas sean los líderes de la iniciativa (asesorados y acompañados por un Adulto Scout), para poner en práctica toda esa capacidad de ser responsables, empáticos, disciplinados, sinérgicos e interesados por aquellos problemas que afectan a su localidad más cercana, al ser parte de una actividad extracurricular de sus colegios o liceos como las patrullas escolares, la sociedad bolivariana, comités organizadores, delegados de sección, o recibir una charla de primeros auxilios, rescate y salvamento, o sobre qué hacer durante y después de un sismo, y lejana (global) al participar en el día mundial de las playas, o recibir un taller sobre los ODS, el cambio climático, mediante entes gubernamentales u ONG’s. Todas estas acciones fomentan la sensibilidad de ayudar a los demás mediante acciones e iniciativas organizadas, donde el estar siempre listo se convierte en algo esencial para Construir un Mundo Mejor.

“Haz tu buena acción no sólo con los amigos, sino también con los desconocidos…” Baden-Powell

La Manada y la Comunidad

Los niños y niñas en la Manada aprenden bajo juegos y dinámicas la exploración activa y la iniciación del compromiso con las comunidades y el mundo en general, porque en su naturaleza curiosa de los niños entre 7 a 11 años, identifican que están interactuando con múltiples escenarios sociales, el hogar, el colegio, el grupo Scout y que de esa vinculación se fomenta un mayor aprecio y comprensión entre las personas.

Dentro de la Manada los niños aprenden acerca de trabajos y servicios que la comunidad proporciona y a interactuar con los miembros de la comunidad, esto puede ser desde una manualidad, una obra teatral, una escenificación, un juego de rol, que faciliten estos aprendizajes, donde se entiende la demostración de cómo ayudar a otros y compartirlo en su vida diaria.

Además, se incentiva la comprensión de la importancia de ayudar a los demás y demostrar activamente esto en sus comunidades, por medio de la Buena Acción a alguien cada día, con pequeñas acciones al alcance de sus conocimientos, habilidades y destrezas para impactar positivamente en el hogar, el colegio, el grupo Scout. Esto se ve cuando los niños en el colegio ayudan a un compañero con una tarea en el colegio, ayudar a un compañero a anudarse las trenzas de los zapatos, cuidar las áreas comunes de sus casas, devolver un objeto perdido a un extraño o un compañero. Esto ayuda al desarrollo del voluntariado como una responsabilidad y un compromiso inherente a la ciudadanía activa que los niños asumen desde la perspectiva de hacer siempre lo mejor, no sólo para sí mismos, sino en cómo pueden ayudar a los demás.

Por ello, se puede vincular a los niños con actividades donde puedan participar como voluntarios, para poner en práctica toda esa capacidad de ser corteses, empáticos, responsables e interesados por aquellos problemas que afectan a su localidad más cercana, al ser parte de una actividad extracurricular de sus colegios como las patrullas escolares, o recibir una charla de primeros auxilios para niños, o sobre qué hacer durante y después de un sismo, y lejana (global) al participar en el día mundial de las playas, o recibir un taller sobre los ODS, el cambio climático adaptado a niños, mediante entes gubernamentales, ONG’s. Todas estas acciones fomentan la sensibilidad de ayudar a los demás y que desde muy pequeños se empieza a Construir un Mundo Mejor.

“Yo… prometo hacer lo mejor por: Cumplir la Ley de la Manada y Hacer una buena acción a alguien cada día…» Promesa de la Manada.