El fuego representa para muchas culturas un mito que alzo al hombre hacia la civilización, el conocimiento y el progreso, se encuentra inmerso como un mito fundamental en casi todas las culturas del mundo, para marcar un origen, establecer ritos de iniciación, de transición, de agradecimiento y celebración. El Movimiento Scout, con sus orígenes multiculturales adoptó en sus actividades y ceremonias, símbolos representativos de etnias aborígenes norte americanas, africanas y europeas.

La tradición se asienta, en este caso, en las costumbres de los pueblos indios norteamericanos que situándose alrededor del fuego por la noche dialogaban, reflexionaban, se entretenían con relatos, celebraban, cantaban y danzaban. Todo eso lo hacen los Scouts alrededor del fuego, también. Lo que refleja una costumbre muy indicada para vivirla al aire libre. Así, el marco simbólico de esta actividad es siempre el modo de vivir de los pueblos indio americano, orientado siempre hacia su comunidad y en comunión con la misma y con la naturaleza que nos rodea.

El fuego sobre una fogata como medio para relacionar a los jóvenes con el aire libre, fue una de ellas, y es una herramienta poderosa que marca cada una de nuestras actividades Scouts, para contar un relato, poner en práctica las habilidades artísticas de todos los presentes en el campamento, para cantar, para contemplar, para conectarse con la espiritualidad ante lo trascendente de la naturaleza inconmensurable.

El fuego evoca sentimientos de unión y hermandad, creando momentos especiales entre los jóvenes, ¿Quién no recuerda? ese relato alrededor del fuego, ese acto improvisado pero muy bien actuado, esa clausura del primer campamento al que fuiste, o de ese evento donde se reforzó la hermandad, al conocer e interactuar con muchos otros jóvenes.

El fuego, también representa ese conocimiento bien definido y establecido para poder proveer la comida para toda la patrulla, que habilita para generar independencia y formar el carácter de cada uno de los miembros de la patrulla, el progreso en el transitar de esa aventura en el camino hacia los bosques donde cada vivencia construye la base para un disfrute armonioso de la naturaleza.

“El Montañismo fomenta la solidaridad y el espíritu de equipo, permitiendo uno encontrarse con uno mismo”. Baden-Powell.

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